La creación de un consejo regulador de la zambomba y encontrar el equilibrio entre el potencial económico que supone la celebración de esta fiesta y mantener su esencia centran las intervenciones de Juan Miguel de la Flor y Manuel Moreno
“Zambomba jerezana: pasado, presente y futuro de la fiesta”, bajo este título la formación de Ciudadanos Jerez ha organizado el segundo café ciudadano de esta temporada. Un encuentro que ha contado con la participación de Juan Miguel de la Flor, reconocido hostelero de la ciudad y propietario del restaurante Tendido 6; y de Manuel Moreno Román, especialista en flamenco y dedicado gran parte de su vida a las peñas flamencas de Jerez.
En representación de Ciudadanos ha estado moderando la mesa el concejal. Mario Rosado, junto al coordinador la agrupación, Carlos Puerto. No ha querido faltar a la cita el portavoz municipal, Carlos Pérez, y un amplio número de afiliados ,simpatizantes e interesados en el tema a tratar
El primero en tomar la palabra ha sido Manuel Moreno, quien ha señalado el boom que ido experimentando a lo largo de estos últimos diez años la celebración de las zambombas llegando en los años más recientes a su punto culmen en nuestra ciudad. Según sus palabras, “igual que ha pasado con la Bulería o las saetas, los jerezanos somos muy propensos a pasar de un extremo a otro”, y ha continuado explicando que “de esta forma pasamos de algo que era celebrado de forma particular a una celebración pública con lo que conlleva a un grave peligro de que se desvirtúe la propia esencia de la zambomba”. Para Moreno, “el flamenco no es un arte que tenga que aislarse de la evolución pero si tiene que mantener ese equilibrio necesario pero mantener identidad de la zambomba jerezana, ya que es lo que le diferencia del resto de zambombas”,
Por su parte, Juan Miguel de la Flor ha manifestado en su intervención que “la zambomba jerezana hoy en día es una fuente de riqueza”, y ha anunciado que, como ejemplo a esta generación de riqueza, tiene previstas para estas navidades la celebración de 26 zambombas tradicionales en su establecimiento, cuadriplicando los contratos y el personal que habitualmente tiene, además de ser “una forma gratuita de promocionar la ciudad, no hay mejor embajador de la zambomba que un jerezano fuera de Jerez, lo que produce que vengan a conocerla gente de fuera de la ciudad cada año”
Ambos ponentes se han mostrado radicalmente en contra opuestos a que las fechas de celebración de las zambombas se adelanten o pospongan al período meramente navideño, ya que según han indicado “se puede llegar a una mercantilización en exceso del fenómeno de la zambomba”. Además, añaden “esta situación puede llegar a provocar saturación, y ya sabemos que todo exceso tiene sus consecuencias”.
Sobre la mesa también se expuesto los problemas que pueden originarse de la celebración de las zambombas no controladas, comúnmente conocidas como las macrozambombas, y que se organizan en locales no habilitados, con exceso de aforo y suponiendo todo un peligro para los asistentes. Además han criticado duramente de que “algunas zambombas se convierten en botellones o macrobotellones, en los exteriores de los locales; una situación que hay que atajar por el problema de seguridad ,de mala imagen y suciedad que pueda trascender al resto de la sociedad”.
Ambos ponentes han dejado claro, sobre todo Moreno, que en España hay numerosos espectáculos flamencos pero “que la zambomba como tal se inventó aquí, ya que tiene un ritmo y un compás especial, diferente a todo lo demás. Por eso, hay que cuidarlo y mantenerlo e intentar que no se desvirtúe el sentido de la fiesta”.
A modo de conclusión, ambos invitados han puntualizado que la clave de este fenómeno pasa por buscar un equilibrio entre el potencial económico que supone para la ciudad y mantener la naturalidad y esencia de esta tradición jerezana. Algunos ponentes han expuesto que lo ideal sería la creación de un consejo regulador de la zambomba, ligado al Ayuntamiento pero compuesto por profesionales y expertos en la materia, de forma que se convierta en un órgano vigilante para que la celebración cada zambomba cumpla con los requisitos de lo que realmente es una zambomba tradicional.
Sobre la mesa también se expuesto los problemas que pueden originarse de la celebración de las zambombas no controladas, comúnmente conocidas como las macrozambombas, y que se organizan en locales no habilitados, con exceso de aforo y suponiendo todo un peligro para los asistentes. Además han criticado duramente de que “algunas zambombas se convierten en botellones o macrobotellones, en los exteriores de los locales; una situación que hay que atajar por el problema de seguridad y de mala imagen y suciedad que pueda trascender al resto de la sociedad”.
Ambos ponentes han dejado claro, sobre todo Moreno, que en España hay numerosos espectáculos flamencos pero “que la zambomba como tal se inventó aquí, ya que tiene un ritmo y un compás especial, diferente a todo lo demás. Por eso, hay que cuidarlo y mantenerlo e intentar que no se desvirtúe su esencia”.
A modo de conclusión, ambos invitados han puntualizado que la clave de este fenómeno pasa por buscar un equilibrio entre el potencial económico que supone para la ciudad y mantener la naturalidad y esencia de esta tradición jerezana. Algunos ponentes han expuesto que lo ideal sería la creación de un consejo regulador de la zambomba, que esté ligado al Ayuntamiento y se convierta en el órgano vigilante de que la celebración de una zambomba cumpla con los requisitos de lo que realmente es una zambomba tradicional.